Hace cinco años, en París, el mundo acordó limitar el calentamiento global a 2 ̊C. Los inversores se subieron al carro, pero la parte fácil ya ha pasado.
En 2021, los inversores comprometidos con la adhesión al Acuerdo de París se enfrentan a una escalada más pronunciada: persuadir a las empresas para que realicen cambios radicales o enfrentarse a un universo de inversiones cualificadas que se reduce rápidamente.
En la actualidad, tanto el bombo y platillo como el escepticismo sobre ASG están dando paso a la aceptación y a una comprensión más matizada de cuándo y cómo ASG ha mostrado beneficios monetarios, y cuándo no.
Otros temas como la biodiversidad, la irrupción del COVID-19 o cómo y qué información reportan las empresas de manera que ésta sea realmente útil para los inversores, son otras de las tendencias que se espera se materialicen y conduzcan el debate en 2021.
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