La COP16 sobre Biodiversidad terminó sin acuerdos clave debido a la falta de consenso sobre un nuevo fondo mundial para la naturaleza. Aunque se avanzó con el Fondo de Cali, que busca financiar la protección de la biodiversidad a través de contribuciones de empresas, su carácter no obligatorio y los limitados compromisos financieros dificultan alcanzar los objetivos establecidos en el pacto de 2022. La falta de planes presentados por 150 países y las promesas insuficientes de las naciones desarrolladas generaron tensiones y dejaron en duda el cumplimiento de metas antes de la COP29 en Bakú.
A pesar de los desafíos, se lograron avances como la inclusión de los pueblos indígenas en las decisiones del Convenio sobre la Diversidad Biológica y un plan global de biodiversidad y salud. Sin embargo, la resistencia de los países desarrollados a crear un nuevo mecanismo de financiamiento y las disputas prolongadas revelaron una falta de ambición suficiente para enfrentar la crisis de pérdida de biodiversidad y cambio climático.
La cumbre, con récord de participación y un enfoque en involucrar a las comunidades locales, destacó la conexión entre biodiversidad y cambio climático. Pero los escasos resultados financieros y el estancamiento en medidas clave plantean serios retos para movilizar los recursos necesarios antes de 2030. La acción urgente y el compromiso político serán fundamentales en las próximas cumbres internacionales.
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